Los mejores textos de los estudiantes de la Université de Nantes, aquí en "Galdós vive"

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Estudiantes InfoCom de la Université de Nantes y periodistas envían sus comentarios sobre El abuelo

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Un texto de Galdós llevado a la gran pantalla

jeudi 29 avril 2010

La locura en La Desheredada por Anna Douguet


El tema de la locura es recurrente en la obra de Galdós. Es principalmente presente en La Desheredada. Así el primer capítulo describe un manicomio e incita a la reflexión respecto a lo que llama « locura ». Pero el tema se encuentra también a lo largo de la novela con el personaje de Isidora. En efecto, el narrador siembra la duda en el sentido del lector sobre Isidora : la presenta sea como una persona victima de su imaginación sea como una persona sensata quien está en su derecho cuando reclama justicia sobre su herencia.
Entonces podemos preguntarnos cómo Galdós utiliza la locura como un ingrediente novelesco. Veremos así en una primera parte cómo Galdós presenta la locura como algo creativo. En una segunda parte nos preguntaremos si Isidora podría ser una locura o no. Y por fin, veremos cómo el narrador juega con el lector mezclando las pistas.


El primer capítulo presenta a Rufete como un hombre creativo : es capaz de hablar con los árboles o con un lavabo, de transformar un muro en un espejo, de imaginarse que esté frente a un publico cuando dice sus discursos. Es como si la locura tuviera un poder de creación. Podemos interpretar de la misma manera, el personaje del “Diógenes del cristianismo” : escribe una carta al Papa cada año, es “una costumbre que se repite infaliblemente”, entonces, podemos decir que su imaginación rebosando de fervor lleva a un acto de creación. El narrador presenta así los locos con una mirada muy positiva.
Notamos también que el narrador utiliza la palabra “espectador” para hablar de quien se encuentra frente a una persona delirando, como si el loco fuera un actor que pondría en escena su propia historia. El narrador dice así que podemos dudar “entre la compasión y la risa”. Si comparamos eso con el personaje de Isidora, se puede decir que Isidora juega un papel cuyo guión procede de su imaginación. Para mí este papel es principalmente evidente cuando Isidora encuentra a la marquesa y que “se cae de rodillas a los pies de la aristócrata” (p.265). Sin embargo ocurre un efecto contrario a lo que Isidora esperaba : sus manifestaciones extraordinariamente expresivas provocan un movimiento de retroceso en la marquesa : pierde su compasión para Isidora cuando la ve tan expresiva. Además Galdós presenta sus personajes como si fueran personajes de una obra teatral ; así cada uno juega su papel hasta el fin y la “locura” enriquece su papel porque es vista como un ardor de su imaginación.

Si Rufete está presentado como un loco se puede preguntar si Isidora es también una loca. Así podemos notar lo que aparece como síntomas de locura en ella. Este análisis procede de una “desviación profesional”. En efecto cuando trabaja una en psiquiatría adquiere reflejos de clasificación : clasifica síntomas en comparación con un diagnostico (muy arbitrario, claro, pero puede ayudar a los que curan a establecer un tratamiento). Por eso para mí Isidora se asemeja a una personalidad histérica. Esta personalidad en las clasificaciones psiquiátricas se caracteriza por una teatralidad (en français : “histrionisme”) definida por el deseo de parecer y de ser el punto de mira de los miradas de los otros. Esta definición puede aplicarse a Isidora ; en efecto quiere sobre todo tener dinero para parecer una aristócrata. Su interés por su vestido traduce este deseo de parecer. Lo atención de Isidora es llamada sobre todo por lo que brilla (cf.p.173 : “El hechizo que estas brillantes instalaciones producían en el ánimo de Isidora era muy particular.”). Gasta el dinero en eso y se rodea de lujo en detrimento de lo necesario. (p 173 : “Necesitaba comprar algo, poca cosa...” ; p.174 : Después de adquirir un abanico, no pudo resistir a la tentación de comprar un imperdible.”). Además pasa su tiempo admirándose en los cristales de las vitrinas o en los espejos.

[ Il y a d'autres traits dans cette personnalité hystérique qui font partie de la description clinique que j'emprunte à l'ouvrage Psychiatrie de Julien Daniel Guelfi (1ère édition 1987). Je profite également du français pour développer la spécificité de l'histrionisme : pour plaire aux autres, “l'hystérique s'attribue des rôles changeants selon ce qui est supposé pouvoir plaire à l'autre, ou tout au moins susciter l'attention. Ce jeu de rôle peut être triomphant ou maladroit, convaincant ou non ; il peut selon la qualité même du jeu , entraîner ou non l'adhésion du spectateur.” (on peut remarquer que chez Isidora il n'y a qu'un seul désir c'est d'être reconnue comme la fille de Virginia de Aransis et si l'on considère ce désir comme une lubie il entraîne effectivement l'adhésion du lecteur mais ce, évidemment par l'intermédiaire du romancier). J.D. Guelfi précise encore que “ce souci du spectacle offert se réduit souvent à une hyperconformité au stéréotype féminin de l'époque. L'hystérique, uniquement préoccupée de son rapport à l'autre est prise à son propre jeu. On peut y voir une sorte de falsification dont la personne elle-même serait dupe. Elle cherche à être cette femme qu'elle imite, mais à laquelle elle ne ressemble que de façon caricaturale, grossière et factice.”(là encore Isidora ne se conforme pas tout à fait à cette définition puisqu'elle possède une ressemblance flagrante avec le portrait de la fille de la marquise (“je suis le portrait craché de ma mère”), la marquise en est même troublée mais s'en défend : “c'est pur hasard”(cf. Chapitre “Anagnorèse”). On pourrait donc si on poursuit la description clinique de la personnalité hystérique remarquer dans le personnage d'Isidora en plus de l'histrionisme, la facticité des affects (il s'agit d'une exagération des sentiments exprimés qui prend la forme d'une dramatisation des sentiments (cf. ci-dessus, première partie : rencontre entre Isidora et la marquise où l'on voit qu'Isidora en fait trop.).
Une autre caractéristique presque permanente chez Isidora est le mode de pensée imaginaire : “Cette vie imaginaire peut être à l'origine, par exemple de fixations amoureuses sur des personnages inaccessibles, ou de rêveries perpétuelles qui prennent le pas sur la réalité quotidienne.” ; pour ce trait de la personnalité hystérique, le narrateur le souligne tout au long du roman : ainsi dès le chapitre 2, elle “avait coutume de s'imaginer, de manière très fortes, les évènements avant qu'ils n'arrivent”, “Elle avait tout à la fois un don d'imagination très fort et la possibilité d'exagérer ses impressions”, et encore au chapitre 2 de la seconde partie : “cesse de te torturer l'esprit en te reconstruisant une seconde vie illusoire et imaginaire.” .
L'hyperémotivité et l'impulsivité sont également des traits de cette personnalité hystérique : “explosions émotionnelles, accès de colère, impulsions suicidaires, constituent autant de réaction possibles, en forme de court-circuit, à une situation donnée.” On peut ainsi remarquer, dans le chapitre “Beethoven encore”, dans lequel Isidora est en proie à une somme d'émotions puisqu'elle visite la maison des Aransis et qu'elle découvre le portrait de celle qu'elle pense être sa mère, que celle-ci laisse “exploser” son émotion : “Quand elle arriva à la dernière salle, son cœur se serra, gonflé d'un furieux désir et, non pas par des paroles, mais d'une voix profonde, animée d'une ambition délirante, elle s'exclama : -Tout est à moi !” ; ou encore au chapitre “Etre ou ne pas être” lorsqu'elle est en prison et en proie au doute sur son identité : “elle courut furieusement vers la grille, s'y accrocha, voulant la mettre en pièce, mettant toute la rue en émoi”.
Il est également intéressant de voir que l'auteur intitule le chapitre dans lequel Isidora réagit à sa déception en fuyant avec Joaquin “Suicide d'Isidora”. On peut ainsi remarquer avec ces rapprochements que le personnage d'Isidora peut apparaître comme porteur d'une “personnalité pathologique” ou du moins ils démontrent en tout cas un rapport perturbé à la réalité.
Mais Galdós a t-il voulu représenter Isidora comme “folle” ? Il le fait dire en tout cas à plusieurs reprises, par la marquise, par Miquis et par Isidora elle-même “j'ai le défaut de devenir folle devant le luxe”]

Lo interesante en el carácter de las representaciones imaginativas de Isidora es que parecen por su intensidad hacer real lo que no lo es ; y Galdós utiliza eso para construir su novela, hace de la locura un ingrediente novelesco.
Así, el primer capitulo se titula “Final de otra novela”: es la novela de Rufete que está relatada. Rufete es presente como un loco y también como el padre de Isidora mientras que ella no lo piensa.
El narrador introduce así la duda en el lector mezclando ficciones en el interior de su relato y haciendo aparecer semejanzas entre Rufete y Isidora. En efecto Rufete es un loco que crea su propio universo. Este universo imaginario es acrecentado por la triste realidad del manicomio : los hombres se vuelven en objetos. Su locura le permite escapar de este mundo inhumano.
Se puede así establecer un paralelo entre la locura de Rufete y la imaginación inagotable de Isidora :
su imaginación aparece también como un refugio contra la realidad. Isidora está decepcionada por su vida, no acepta las normas de la sociedad. Quería vivir en el universo del lujo, sin trabajar, o llegado el caso trabajando como las heroínas de novelas. Podemos pensar así que los dos personajes son decepcionados por la realidad y eso es porque quieren reconstruirla según sus fantasías.
Entonces la marquesa podría ser una ficción de los dos personajes, podría representar sus fantasmas. Pero el narrador presenta también esta ficción como verosímil, hay muchos elementos favorables al lazo de parentesco entre la hija de la marquesa y Isidora : la semejanza de Isidora con el retrato, la fecha de nacimiento de la hija de Virginia Aransis podría ser la de Isidora (12 de abril de 1863), el misterio de la marquesa en lo que concierne a su hija y el hecho que no quería dejar pruebas (p.205 “Se quemará todo esto”, dijo, poniendo a un lado el paquete execrable”). Además Rufete en un momento de lucidez al fin del primer capitulo evoca “la marquesa”.
Entonces el lector no sabe con certeza si Isidora forma parte de la familia Aransis o si es una fantasma de su imaginación.


Galdós utiliza así la locura como el ingrediente principal de su novela a la manera del Quijote.
Se divierte con su lector mezclando realidad y ficción. Pero la importancia de la locura en La Desheredada, la demonstración de su poder de creación y el hecho de que Isidora aparece como una persona viviendo en su universo imaginario, me hacen inclinar por “la locura” de Isidora. Para mí se inventa un parentesco ideal que permite escapar a la realidad.

Lettres Modernes, L3, Université de Nantes

dimanche 18 avril 2010

Galdós y el clero


En su obra, el escritor Benito Pérez Galdós trata de numerosos temas de sociedad mayores y se interesa particularmente en la religión. En efecto, en la España del siglo diecinueve, la religion, sobretodo católica, y mas concretamente, el dero, han tenido y tienen un papel muy importante en la sociedad. Eran elementos contra los cuales Galdos ha seguido sublevándose. Durante toda su vida, fue tachado de ser anticlerical.
Lo que trataba de hacer Galdos, a través de su obra pero también de sus compromisos politicos y publicos, era denunciar la intransigencia de la Iglesia con respecto a la libertad de expresión. Era firmemente opuesto al poder del clero y denunciaba los abusos de autoridad que practicaba sobre los fieles. Describia al clero como a una institucion corruptiva, desordenada y salvajemente opuesta a toda forma de progreso. Acusaba claramente al clero de ser un freno a la evolución de España y consideraba con mucho interés los otros paises europeos donde la religión también habia sido muy importante pero la población había revolucionado su manera de pensar, introduciendo en las almas las palabras igualdad, laicidad y libertad.
Galdós era partidista de una vuelta a ciertos valores de la religión y a un tipo de puritanismo. Al llegar a Madrid, descubrió al krausismo. Esta filosofia, resultante de Krause, pensador alemán, le sedujo por varios aspectos, pero sobre todo porque la religión y la moral constituían en sus postulados como Galdós, un rechazo al misticismo religioso para favorecer un pensamiento racionalista y educado. Condenan al "teatro oscuro" del fanatismo que esconde la corrupción y destruyó la tolerancia, un valor central del pensamiento galdosiano. El krausismo fue, en su tiempo, identificado como una forma de democracia.
A pesar de todo, hay que subrayar que , aunque sea verdaderamente anticlerical, Galdós no era en nada antirreligioso. Creía en Dios y ciertos aspectos de la religion han estado muy presentes en su obra, abogaba por la libertad de cultos. Eso mismo forma parte muy importante de las personalidades de varios de sus héroes. Tres novelas ilustran bien esto : Nazarin, Gloria y Misericordia. Son tres obras que Galdós escribió en sus últimos años de creatividad y que ponen en escena personajes con autentica espiritualidad y fe. En Nazarin, se trata de un cura que decide vivir a la manera de JesuCristo. En Gloria, Galdós se interesa en las relaciones que cultivan las diferentes religiones, y en la eterna pregunta de cuál será la mejor. Cuenta la historia de una católica que va a casarse con un judio si saberlo. Para terminar, en Misericordia, desarolla el tema mismo de su título, poniendo en escena una mujer que va a alargar la mano para que su señora tuviera lo que quisiera.
De hecho, la religion fue, y continua siendo hoy, un elemento muy importante de la vida española. Galdós soñaba con un pais donde poder y fe no estuvieran en la mismas manos pero incluso hoy, no es asi en España. Atribuía mucha importencia a la libertad de pensar y de fe y creía en la posibilidad de una sociedad mas tolerante y evolucionada hacia otro punto "mejor", sin tener miedo del clero, de las jerarquías eclesiásticas. Fue su manera de actuar y pensar y por eso fue tachado de ser anticlerical.
Anaëlle Letrémy, Université de Nantes